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Nadal, el gran favorito

El tenista español, Rafael Nadal llega al último Grand Slam del año con la etiqueta de favorito para adjudicarse el torneo.

México

"Rafa, Rafa, Rafa, Rafa". Así luce el estampado en el pecho de la camiseta azul de Rafael Nadal. Así gritan los fanáticos al avistarlo en una de las canchas de entrenamientos del Abierto de Estados Unidos de tenis.

El último Grand Slam de la temporada se pone en marcha el lunes y se juega en cemento, pero el español de 27 años ha desembarcado con una etiqueta inusual para un torneo en superficie dura, la de favorito al título.

Después de su desastrosa presentación en Wimbledon, donde por primera vez en su carrera fue eliminado en la ronda inicial, Nadal recargó baterías en Palma de Mallorca y reapareció avasallante en Norteamérica al consagrarse campeón de los dos torneos Masters en cemento, Montreal y Cincinnati. Su marca este año en esas pistas es de 15-0, al incluir el Masters de Indian Wells en marzo pasado.

"Ha sido el mejor jugador este año, no hay duda alguna", dijo Novak Djokovic, el primera cabeza de serie en Nueva York. "Los números lo ratifican en todo".

"Lo suyo ha sido súper impresionante y espero que pueda seguir así", añadió Roger Federer, su némesis que disputa el certamen como séptimo preclasificado.

El que se le catalogue con semejantes elogios es realmente increíble, al considerar que Nadal estuvo siete meses de baja por la rotura de un ligamento en la rodilla. Se perdió dos Grand Slams consecutivos, incluso el US Open del año pasado. Volvió a las canchas en febrero y apenas ha perdido tres de sus 56 partidos, con nueve títulos ganados.

Ahora mismo es el número dos del mundo y, matemáticamente, podría subir otra vez a la cima del ránking dentro de dos semanas. En eso le ayuda el hecho de no tener que defender puntos durante el resto de la temporada, mientras que Djokovic lucha por preservar las 1.200 unidades que obtuvo tras alcanzar la final del año pasado, que perdió ante Andy Murray.

Para apoderarse del número uno, Nadal precisa ganar el torneo y que Djokovic no llegue a la final. También está la vía de alcanzar el partido por el campeonato y que el serbio caiga antes de los cuartos de final.

¿Qué piensa Nadal? Pues, ni se inmuta. Ha disfrutado los días previos paseando en Manhattan con su novia Xisca Perello. Insiste que lo suyo es sentirse feliz por estar compitiendo sin molestias físicas.

"Yo nunca siento esa lucha, yo lucho por el día a día", respondió Nadal ante un pregunta sobre el número uno. "Si el día a día me lleva al número uno, que así sea. (Pero) yo pienso en estar bien, jugar bien".

Su máxima preocupación es vencer el lunes a su primer oponente, el local Ryan Harrison.

"Te puedo asegurar que nada más pienso en Harrison, que es un rival complicado, que va a querer ganar, no creo que él vino de paseo", afirmó Nadal.

Tampoco se distrae pensando en un hipotético cruce con Federer en cuartos de final. Ambos se han citado 31 veces, con Nadal dominante 21-10, pero nunca lo han hecho en el US Open.

"En Wimbledon también nos tocaba para jugar en cuartos y no llegamos ninguno de los dos", recordó Nadal.

El magnífico momento de Nadal se desprende de los ajustes que hizo durante todo el tiempo que estuvo alejado. Ahora procura acortar los peloteos, es más agresivo a la hora de devolver el saque de los rivales. Su volea ha mejorado y lo hace con más frecuencia.

"Es más agresivo. Sabe que ahora tiene que ser más agresivo de lo que era antes", diagnosticó Djokovic. "Supongo que eso se debe a lo de las rodillas y porque el cemento no es arcilla".

Djokovic ha estado en semifinales en el US Open en cada una de las últimas seis ediciones, pero le ha tocado un cuadro complicado a partir de octavos, en el que en su orden aparecerían Grigor Dimitrov (la gran promesa de la nueva generación), el argentino Juan Martín del Potro (el campeón de 2009 con el que disputó una sensacional semifinal en Wimbledon), Murray y Nadal.

Murray encara una situación inédita: campeón defensor de un Grand Slam. El título que ganó en 2002 lo convirtió en el primer varón británico en ganar uno de los grandes desde Fred Perry en 1936 y hace casi dos meses puso fin a la sequía de 77 sin un campeón británico en Wimbledon.

Cinco de los 17 títulos grandes de Federer han sido en Nueva York, pero con 32 años recién cumplidos se duda mucho que el suizo tenga la capacidad para completar una gesta adicional al encarar un Slam con su preclasificación más baja en más de una década.

Entre Federer, Nadal, Djokovic y Murray acumulan 33 de los 34 títulos de los Grand Slam disputados desde 2005. Del Potro y el checo Tomas Berdych asomam como los únicos con posibilidades de meterse en la discusión.

Por la rama femenina, Serena Williams es la favorita para revalidar el título, algo que nunca ha hecho en Nueva York. Pero la estadounidense afronta una oponente muy fuerte en Victoria Azarenka. La bielorrusa ofreció una batalla de tres sets en la final del año pasado y acaba de derrotar a Williams en Cincinnati.

AP

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