Ahogado en el río La Silla buscaba un mejor futuro en Monterrey

MONTERREY.- Noé Hernández, de 29 años, añoraba un mejor porvenir para su familia, motivo por lo cual decidieron viajar a Monterrey. Sin embargo, el destino decidió que el verdadero motivo de su viaje fuera salvar a dos niños de ahogarse en el río La Silla.Noé y Patricia se conocieron desde hace 12 años en San Pedro de las Anonas, en San Luis Potosí. De aquél amor nación Jesús, un pequeño de hoy 10 años. Juntos, y para tener una vida mejor, decidieron migrar.Desde hace dos años vivían en un pequeño cuarto ubicado en la calle Serafín Peña #115 en Los Lermas, Guadalupe, donde con esfuerzo se ganaban la vida para suplir las carencias. Tras larga espera, la familia finalmente creció. Patricia quedó embarazada y decidió renunciar a su empleo para evitar complicaciones en el embarazo.

Finalmente la situación mejoraba, y hace un mes Noé cambió de empleo en un parque industrial cercano a su casa.Pero de pronto todo cambió. Hace cuatro días fue despedido. Parecía ser el preámbulo de lo que se avecinaba.El sábado por la tarde, Noé jugaba futbol con su hijo en el patio de la casa, y decidieron acudir al Parque Pipo a nadar; mientras Patricia decidió quedarse con el pequeño Edwin, de cinco meses.Entonces la calamidad e infortunio llegaron. Noé vio cómo dos niños luchaban por bocanadas de aire en el río, y no dudó en zambullirse en su auxilio como si se tratara de sus hijos.El pequeño Jesús fue testigo de cómo su heroico padre cargó en sus hombros a los pequeños hasta llevarlos a la orilla, aunque él ya no pudo llegar.Los hermanos de Noé llegaron a Monterrey para trasladarlo a San Luis Potosí, aunque requieren 3 mil pesos para sacarlo de SEMEFO, así como de 3 mil pesos para el pasaje de Patricia y los niños.El destino decidió que Monterrey se volviera tierra de amargura para la familia Hernández Iglesia, que hoy sólo busca regresar a la tierra que los vio nacermvls