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Chilidogs y los secretos del Cine Raly

Popular por su menú de chilidogs, es un lugar ícono entre los regiomontanos. Primero se llamó 'Terraza Ritz'.

México

MONTERREY.- Fue en 1957 cuando el regiomontano Raúl Garza Zambrano inició su sueño en el séptimo arte. La industria cinematográfica se adueñó de sus ideales y comenzó la construcción de un cine-terraza en la Sultana del Norte.

Una caseta de proyección, tres paredes blancas, el cielo como techo y una película mexicana en blanco y negro, así fue el primer escenario de su negocio. La competencia existía desde entonces, pero mantener los precios bajos fue su mayor éxito.

A 57 años de su inauguración, las salas de proyección continúan ofreciendo sus cintas a los espectadores. El costo de las entradas y su inigualable menú ahora están a cargo de Raúl Garza Cavazos, primogénito de Garza Zambrano, fundador del llamado Terraza Ritz.

"A los 10 años ya estaba trabajando. Aquí nací. Salía de la escuela y me venía al cine. Era el encargado de la dulcería. Vendíamos semillitas, muéganos y raspados de frutas naturales", narró el actual dueño del sitio. Y entre un brillo que arrojan sus pequeños ojos rasgados y unos diminutos labios arrojó una sonrisa al recordar su infancia.

"Afortunadamente me gusta el cine. No tengo una película favorita, hay días que veo hasta cinco. Eso sí, veo muchos avances", mencionó.

DEL 'TERRAZA RITZ' A LOS CHILIDOGS

Desde 1986 el sitio cambió su nombre a Raly en honor a los fundadores. Las siglas RA y LY tienen el origen de las iniciales de Raúl y Lylia, padres del actual administrador.

Ubicado sobre Colón 2917, esquina con Nueva Rosita, El Cine Raly huele a pan, a palomitas de maíz y a madera. Ofrece lo que ningún otro cine tiene: los famosos chilidogs con pan medias noches.

"A mi mamá se le ocurrió desde hace buen tiempo el 'Chili' y empezó probar con nosotros a ofrecernos todos los días con diferentes especias, diferentes salsas, hasta que mejoró su receta. No hay en otra parte del mundo este producto, y si a caso lo hay es completamente diferente", dijo.

El secreto y la renovación

Para Raúl Garza Cavazos, el secreto del éxito son los bajos costos frente a una competitiva y cara industria cinematográfica. El duopolio que existe en México con cadenas en Monterrey no han sido rivales para El Raly, que sigue dando batalla y realizando cambios estructurales para adaptarse a las generaciones regiomontanas.

"No me gusta vender toda la capacidad de las cuatro salas. Se me hace muy problemático. Me gusta que como vayan llegando se sienten. Siempre dejamos 10 ó 15 lugares libres. ¿Qué tal si no ves bien o no te sientes a gusto? Te puedes cambiar cuantas veces quieras. Es mejor y más justo. Tampoco me gusta ponerle número a las butacas, es mucho problema. Las personas tienen que ver para elegir su lugar", dijo.

"Para qué quieren dar más caras las entradas, ¡No sé cómo puedes justificar un precio tan caro! ¿Cuánto quieres que te quede? Las cintas no son tan caras, sí sacas el dinero para mantenerte. Otra cuestión es el producto de las dulcerías. Los combos no me gustan. Las palomitas y el refresco nadie se lo termina, pero aquéllos no lo entienden. Hay que conocer a la competencia. Su personal es frío. No te atienden".

Hasta el 2003 el Cine Raly comenzó a proyectar películas de estreno, aunque Garza Cavazos aseguró que esto no impactó en los ingresos financieros, sino que fueron obras del municipio y enfermedades virales las que más han marcado el recurso económico.

"El cine ha sufrido tres remodelaciones. La primera fue en 1972 cuando la avenida Colón se amplió y se convirtió en un sólo sentido; pero fue el cambio que provocó el cierre de un año del negocio familiar. Luego años más tarde fue la Influenza; nos afectó más de los cuatro días que ordenó la Secretaría de Salud porque la gente no salía".

El propietario del cine aseguró que la película que le dolió no proyectar fue Río 2, y que no lo hizo porque "Century Fox quería cobrar 60 pesos por cinta en 3D y 40 pesos en proyección normal. Son las que más nos dejan, las películas infantiles, pero yo no podía cambiar mis precios de un día a otro". 

Raúl Garza tiene 60 años y desde que tenía 29 no desistió de su principal reto: mantener la herencia de su padre. Desde entonces llega al cine a las tres de la tarde, supervisa a sus trabajadores, y luego da la orden para que abran las puertas al público.

A las tres y media de la tarde comienzan a ingresar niños, jóvenes y adultos. Gustoso entra a su oficina, más tarde sale a inspeccionar para despedirse de los visitantes que asistieron a la última función.

PRECIOS

La entrada general tiene un costo de 24 pesos; para niños y personas de la tercera edad es de 19. Los famosos chilidogs cuestan 13 pesos, el envase grande de palomitas 16 y un refresco en vaso de plástico 25.

MAYTE VILLASANA

FOTO: MAYTE VILLASANA

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