Construcción de la Línea Tres del Metro, una lucha de todos los días

Monterrey.- A más de un año del arranque en la construcción de la Línea Tres del Metro los peatones y el comercio informal siguen padeciendo los estragos de la edificación de esta nueva alternativa de transporte. Un recorrido realizado por Josué Becerra en los alrededores de la estación Felix U. Gómez, la cual conectará a la Línea Uno con la Línea Tres, demostró el impacto que tiene esta edificación en algunos comercios, vecinos y automovilistas de la zona y hasta la colonia Terminal, ubicada a 20 kilómetros de la avenida. 

La construcción de esta ruta de transporte ha ocasionado que una plaza comercial quedara en completo abandono y en lugar de albergar negocios es ahora utilizada para colocar los desechos de materiales de construcción. Asimismo, los comerciantes informales también padecen por esta construcción, Eduardo un taquero de avenida Felix U. Gómez menciona que la venta de los ricos tacos mañaneros se redujo un ?poquillo? en comparación a hace más de un año cuando Monterrey solo contaba con dos líneas del metro.Los peatones, tampoco han tenido gran suerte con esta construcción, tal es el caso de Mario Hernández, quien menciona que no hay señalamientos lo que provoca que los automovilistas transiten por donde quieran o más bien por donde se pueda.

Otros comerciantes como Belinda Sánchez han tenido que invertir en publicidad para elevar las ventas de sus negocios, pero ni así han logrado mejorar las condiciones económicas de su patrimonio. Las obras no sólo afectan a los vecinos de la avenida Felix U. Gómez también los habitantes de la colonia Terminal han tenido con lidiar con los camiones que circulan a una alta velocidad y se han acostumbrado a resguardarse bajo un paso a desnivel para poder cruzar una de las avenidas de esta colonia. A siete meses de que la Línea Tres del Metro quede lista el cruce de Felix U. Gómez y Conchello, en donde estará la una de las nueve estaciones de esta Línea, sigue siendo todo un reto para los automovilistas, mientras que vecinos como Mario Hernández sólo piden una cosa: Que las autoridades se pongan en sus zapatos para que de esta forma hagan bien su trabajo.