Charles Barkley fue uno de los máximos exponentes del básquetbol en la NBA, pero ayer que fue invitado a lanzar la primera bola en el juego de los Cachorros de Chicago ante los Rojos de Cincinnati, hizo "el oso" de su vida. Y es que el polémico jugador, que brillara con los Soles de Phoenix, no encontró la zona de strike, lanzando la pelota muy fuera del alcance del receptor y éste tuvo que ir a buscarla por detrás del home. Barkley se llevó las manos a la cabeza en señal de estar avergonzado, pero al final tomó el incidente de buen humor.