El pitcher de los Azulejos de Toronto, Marcus Stroman, casi termina "decapitado" anoche en el partido contra los Cachorros de Chicago. Y es que después de hacer un lanzamiento contra Chris Coghlan, éste sacó un batazo de línea que salió directo hacia donde estaba él y de forma milagrosa se salvó de ser impactado. Stroman inclinó su cuerpo tras el sonido del batazo y en un movimiento instintivo trató de atrapar la pelota con su guante, lo que sirvió para amortiguar el impacto hacia un lado, causando el asombro de los asistentes al estadio de Toronto.