El paso de los años y los Mundiales son los argumentos que tienen hoy a Guillermo Ochoa como el nuevo líder de la selección mexicana; sin rodeos y de manera frontal, el arquero del Málaga de España asume este reto. "Afortunadamente he vivido cosas con la selección; a la fecha me da para tener esa fuerza para exigir, para orientar y mantener esa responsabilidad que exige la selección, ser y dar el ejemplo", dijo Ochoa. Según Guillermo, la clave para no repetir los errores que se han cometido en la selección nacional, y que han puesto en riesgo la cali­ficación al Mundial, es "tener paciencia con Miguel; este nuevo inicio nos puede ayudar para trabajar y foguear a gente nueva". Aunque ya tuvo la fortuna de ser olímpico, en Atenas 2004 (con Ricardo La Volpe como entrenador), Ochoa no rehúye al tema de volver a vestir la playera de la selección en Río de Janeiro 2016: "Siempre es un torneo especial, pero hay que ir paso a paso, no hay que adelantarse". De la crítica que realizó hace unas semanas, a través del diario español AS, responsabilizando a los gestores de que por ellos no salen más futbolistas mexicanos al extranjero, el meta hizo algunas precisiones. "Lo mal entendieron, cuando hablaba de gestores no hablaba de los representantes; yo hablaba de otra gente que está encargada de los equipos y que, de repente, complican las situaciones de salida, lo complican porque ponen trabas, piden mucho dinero, porque les hacen renunciar a sus pases de transferencia, por muchas situaciones que los jugadores no tienen la decisión en sus manos si no de terceros y no en agentes". Así de franco es Guillermo Ochoa, quien asume la responsabilidad de ser el líder de la selección mexicana. Su experiencia lo respalda. LUIS CASTILLO