La atleta australiana Michelle Jenneke entró al Ice Bucket Challenge, pero al parecer quiso hacer trampa, pues todo indica que no había ningún hielo en la cubeta de agua, pero la piscina donde estaba sí estaba helada. Y es que en Australia todavía es técnicamente invierno y una persona que estaba detrás del camarógrafo le aventó una pelota y Jenneke cayó a la alberca, donde sí sufrió lo que buscaba evitar: un congelante chapuzón.