Marcos Arouca da Silva, futbolista brasileño que juega como mediocampista defensivo en el Santos FC, tiene en su marca hasta hoy 402 partido sin conocer la tarjeta roja. Arouca (como mejor se le conoce) ha jugado también para el Fluminense y Sao Paulo de Brasil. La última ocasión que Arouca vio la roja fue el 30 de julio de 2006, como jugador del Fluminense frente al Botafogo. Otra tarjeta lo mandó a las regaderas jugando en el mismo equipo, esta vez jugando frente al Vasco da Gama, el 13 de noviembre de 2005. Tras ocho años sin abandonar la cancha a causa de una expulsión es un logro personal para cualquier jugador, en especial por la posición que cumple en el terreno de juego el centrocampista brasileño, ya que son pocos los jugadores de sus características que pueden presumir de robar balones de una manera tan eficaz como para que los árbitros no se vean en la necesidad a amonestarle. "La única receta que tengo es trabajar para estar siempre bien físicamente y situarme bien en el campo. Aparte, es fundamental ser leal durante un partido con los compañeros y árbitros. Creo que hago algo muy simple: cumplo mi trabajo, juego al fútbol, no protesto ni soy de dar patadas. Siempre trato de jugar con inteligencia y respeto", explicó el brasileño al diario MARCA. REDACCIÓN