El estadio de los Bears de Chicago es conocido por su terrible superficie, pero a pesar de eso durante el partido ante Vikings de la semana 11 el campo estaba en buen estado, ahora el problema fue el reloj. Y es que la mayor parte de la segunda mitad se disputó sin el reloj de juego, pese a esto el partido se siguió jugando debido a que los oficiales mantenían la noción del tiempo. Es por ello que cuando el entrenador en jefe de Vikings no estaba muy contento con la situación ya que cree que se vieron perjudicados en ya que no tenían ni idea de cuanto tiempo quedaba cuando tenían el balón a faltando alrededor de dos minutos para que finalizara.