Una jugada improbable en el futbol americano se suscitó en el partido de Raiders ante Jets, y es que en un primero y diez el corredor Maurice Jones-Drew fue detenido con tal fuerza que soltó el balón pero lo sorprendente fue que mientras caía 'pateó' el ovoide y este llego a las manos de Derek Carr. En esa jugada los Raiders perdieron once yardas.