1.- Pastor Lozano Javier Lozano, mediocampista que marcó época en Tigres siempre fue un jugador muy querido por la afición incomparable, por su talento, además de su carisma, pero todos lo recuerdan por su gran talla al jugar en la cancha del Volcán. 2.- Humberto Sauzo El monstruo sudamericano llegó al Monterrey en medio de una gran fiesta, lo que no se esperaban era que su físico no se compararía nunca con su gran talento. El que para muchos, es el mejor jugador de los Rayados de todos los tiempos, siempre ha mostrado una figura muy robusta, pero eso nunca afectó su habilidad y manejo de balón. 3.- Salvador Cabañas El mejor jugador de América en 2009-2010, siempre lució ancho de espalda, lo que hacía parecer que estaba pasado de peso, algo que nunca fue impedimento para que el jugador, ahora retirado, fuera la joya que muchos en Europa querían en sus equipos. 4.- Ronaldo Nazario de Lima El "Fenómeno" nunca se caracterizó de tener un cuerpo esbelto, pero en sus últimos años de carrera lució una figura muy poco atlética, por lo que se le comenzó a llamar Ronaldo ?el gordo?, para diferenciarlo del recién debutado Cristiano. 5.- Diego Armando Maradona El "Pelusa" siempre fue un jugador llenito, pero sobre todo de gran talento. Cuentan los antiguos sabios del futbol argentino que un portero lo vio en su año de debut con Argentinos Jrs y dijo que ese niño gordo no le anotaría, ese fin de semana le metió más de dos goles. Su físico nunca le impidió ser uno de los más grandes de todos los tiempos. 6.- Jan Molby Poco conocido en nuestro país, el danés Jan Molby, alias 'Molby Dick', fue un jugador con físico no apto para el futbol, que desempeñó casi toda su carrera futbolística en el Liverpool. Con su gran capacidad destacó en el centro del campo de los Reds, pero llamaba más la atención por su aparente obesidad. 7.- Adriano Leite Temido por su gran fortaleza, Adriano, en sus mejores momentos fue catalogado como el mejor centro delantero del mundo. Potencia, disparo, regate, lo tenía todo, pero como todo buen jugador brasileño le encantaba la fiesta y el buen comer, por ello salió del Inter con más kilos que títulos.