Monterrey ? El Código Amber y Esperanza lanzado el viernes se desactivó en las primeras horas de ayer sábado, al comprobarse que los menores Miguel y Alison se encontraban en casa de un familiar, en la colonia Nicolás Bravo, de San Nicolás de los Garza. Miguel Alejandro Torres Bustos, de ocho años de edad; y Alison Michel Sauceda Galván, de cuatro, fueron vistos por última vez cuando se encontraban jugando en el patio de un domicilio ubicado en Antiguo Camino a Santo Domingo, en la colonia Miraflores. Su aparición puso otro final feliz a la alerta emitida por la Agencia Estatal de Investigaciones, pero abrió una interrogante: ¿La herramienta es bien utilizada? Casos similares se han repetido en los días recientes, en los que la autoridad y medios realizan un amplio despliegue, pero el trasfondo dista mucho de un secuestro o desaparición real. Un recuento realizado por MILENIO Monterrey pone de manifiesto algunos de los incidentes reportados y sus resultados. Yaindra Mildret Fabela, de 17 años, desaparece junto a su hijo, activando con ello el Código Amber y Esperanza. Casi de inmediato, el procurador Adrián de la Garza revela que todo se trató de problema familiar y que ambos se encontraban en perfectas condiciones. La menor de 12 años Britany Giselle Flores escapa de su hogar durante medio día y se refugia en casa de una amiga, mientras sus padres alertaron a las autoridades por su desaparición. Dos menores de 13 y 17 años son reportados desaparecidos en la colonia Jardines de Apodaca, pero en horas son encontrados viviendo juntos en la colonia Esperanza, sin ningún daño. LUIS GARCÍA