Jóvenes con capacidades especiales, estudian en la Universidad de Monterrey, dentro del Programa de Integración Social y Educativa, que les permite integrarse a una vida productiva. Especial por su alegría, su espíritu de superación, el empeño que le pone a las cosas y sus ansias de aprender. Ella es uno de los 65 jóvenes con discapacidad cognitiva que estudian en la Universidad de Monterrey, dentro del Programa de Integración Social y Educativa. El PISYE comenzó en 1995, cuando algunos padres de familia pidieron un curso especial para que sus hijos con alguna discapacidad, pudieran ir a la universidad como sus hermanos y amigos. Desde entonces, muchos jóvenes han cursado sus estudios y al final se les ayuda a entrar al mundo laboral, explica Bárbara Mancillas Bacco, director del PISYE. El pasar por la universidad les da a los graduados cualidades como mayor autoestima, seguridad en sí mismos, actitudes, valores y habilidades para integrarse a una vida productiva. Los muchachos conviven con otros estudiantes en el campus, participan en las actividades. Son como cualquier estudiante, y al final, como todos ellos, salen transformados positivamente. Francisco Zúñiga