Monterrey.- ? Por unos instantes, el fantasma del edificio de Pemex se apoderó del edificio Kalos. Mientras eran evacuados por una fuga de gas, muchos de los empleados temían que en cualquier momento explotará y el mundo se acabara para ellos. En los pisos altos ni siquiera se enteraron que había una fuga de gas, hasta que vieron llegar a los bomberos, con el aviso de que no era un simulacro, sino una verdadera evacuación. Fueron momentos de angustia. Porque el olor a gas se hizo tan fuerte, sobre todo en la parte baja del edificio, que por más aprisa que caminaban las perseguía por pasillos, escaleras, puertas e incluso a la calle. Ahí, las torretas de los vehículos de rescate, los bomberos y elementos de Protección Civil corriendo por todos lados, el ulular de las sirenas de las unidades policiacas que se acercaban hicieron que algunos sintieran que estaban en un mundo que pensaban sólo existía en las películas. Pero esto era real, y había que salir rápido, porque la vida estaba en juego. Al final, todo quedó en un susto, y una hora después volvieron a sus actividades. Pero tras la experiencia, nadie pudo evitar pensar que el fantasma de Pemex puede resurgir en cualquier momento. Francisco Zúñiga