Monterrey.- Imagine que un día ya no pueda ver la luz del día y su vida de un giro de 360 grados por el que tenga que cambiar su estilo de vivir, costumbres y trabajo por perder el sentido de la vista y ahora tenga que adaptarse a un nuevo modo de vida. Esta situación, le pasó a Mario Alberto Flores, un joven que a los 25 años que perdió la vista por una sobredosis de droga. Él se tuvo que adaptar poco a poco su nuevo estilo de vida, el cual dijo le resulto complicado, pues debido a que los espacios públicos, banquetas y rampas que se tienen en la entidad carecen de accesos e infraestructura adecuada para las personas con alguna discapacidad ya sea visual o motriz, por lo que constantemente sufre accidentes. Mario, comentó que en ocasiones es más seguro caminar por las orillas de las calles que por la banqueta, pues en estas hay obstáculos que les impiden desplazarse de una forma segura. Indicó que las calles del centro de la ciudad son las que más generan conflictos para ellos, pues son estrechas, se encuentran mal construidas, presentan grietas, pozos y estructuras de postes o anuncios que ocasionan que se caigan y se lastimen. Denisse Mesta