Los hinchas ingleses, que provocaron disturbios en el partido de 1998 en Dublín, hicieron caso a la solicitud del técnico de Inglaterra, Roy Hodgson, y en gran medida se abstuvieron de entonar cánticos contra los irlandeses. Shane Long abrió la cuenta por Irlanda a los 13 minutos, y Frank Lampard empató por Inglaterra 10 minutos después. "Fue un gran ambiente", comentó el zaguero de Inglaterra, Ashley Cole. "Los fanáticos se portaron muy bien".