Los aficionados de Tigres no sólo llenarán el Alfonso Lastras, si no también coparon los establecimientos cercanos al estadio de San Luis. Esta invasión parece haber caído como anillo al dedo para la economía de los restaurantes cercanos al inmueble, teniendo ventas fuera de lo normal, incluso algunos quedándose desde temprano sin más producto para vender desde mucho antes del inicio del partido.