El presidente de la federación alemana de fútbol, Wolfgang Niersbach, señaló que la decisión de realizar las pruebas de sangre se tomó antes de la publicación de un estudio que reveló que el gobierno respaldó un programa de dopaje masivo entre los atletas de Alemania Occidental en la década de los 70. Una parte del informe dice que tres futbolistas alemanes tenían rastros de un estimulante prohibido en el Mundial de 1966. El dirigente de la liga alemana de fútbol, Andreas Rettig, indicó que la Bundesliga quiere "controles más estrictos", aunque "no hay indicios" de dopaje. Las pruebas no estarán listas para la primera fecha de la temporada este fin de semana. AP