La violencia en el fútbol se hizo presente en el derby turco entre Besiktas y Galatasaray, y obligaron a suspender el partido dos minutos antes del final. Cientos de fans del Besiktas invadieron el campo y hasta sillas estuvieron lanzando. La novedad es que la riña entre aficionados eran del mismo equipo, debido a que por seguridad no estaba permitido el público visitante. El estadio Atatürk había cerca de 76.000 personas. El Besiktas, líder de la Super Liga turca, perdía 2-1, cuándo el brasileño Felipe Melo desató el descontrol. Después de ver la tarjeta roja por un patadón, provocó a cientos de fans que se lanzaron al campo. El saldo fue de 66 detenidosy la Federación Turca de Fútbol (TFF) decidirá en los próximos días qué medidas tomará. Redacción