El conjunto de Fatih Terim tiene en la mano la repesca, una situación impensable semanas atrás. Depende de sí mismo el combinado otomano, que ahora está empatado a puntos con Rumanía, pero con mucha mejor diferencia de goles (+9 por +2). En la última jornada recibe en Estambul a Holanda, que ya está clasificada. El equipo de Terim aprovechó sus opciones desde el principio a pesar del entusiasmo estonio. Pasados los veinte primeros minutos, Umut Bulut batió a Sergey Pareyko tras una jugada de Caner Erkin. Estonia reaccionó pero Turquía se animó al conocer que Hungría era goleado en Holanda. Así, al inicio de la segunda parte, Burak Yilmaz selló el triunfo al culminar un centro de Gökhan Töre. Estonia, penúltima del grupo y sin aspiraciones, bajó los brazos, a pesar de los intentos de su técnico Tarmo Ruurli de reanimar la situación con los movimientos desde el banquillo. Turquía manejó el resto del encuentro a su antojo. Impuso el ritmo adecuado sin necesidad de apretar a su rival para ampliar el marcador. La frecuencia de los cambios aumentaron las interrupciones del juego, sin historia hasta el final. Turquía había cumplido parte de su objetivo. EFE