Un hijo puede aguantar la pérdida de sus padres, 'biológicamente' está preparado para ello, por naturaleza. Pero cuando un padre pierde a su hijo, es un dolor que no tiene nombre, irreparable.La peor amenaza que una madre puede recibir es aquella que atente contra la vida de sus criaturas y que no pueda hacer nada al respecto.Tal es el caso de las enfermedades mortales, como el cáncer, que llega sin avisar y que, cuando se descubre, suele ser tarde. Pero ¿Qué puede hacer una mamá ante una situación así donde no existe un medicamento que cure los síntomas y solo tenga que aferrarse a la esperanza de un milagro?Pues bien dicen que el amor de madre es el milagro más grande y que todo lo puede, y esto se refleja en los casos excepcionales que hay en la vida.La hija de Zeleny Ibarra está libre de cáncer, los distintos tratamientos y medicinas han ayudado a tal recuperación, pero el 'calor maternal' ha sido la clave fundamental para lograr sacar a esta pequeñita del peligro.Sin duda, una historia increíble que nos servirá de ejemplo y dará esperanza a muchos de nosotros.