En la Copa Libertadores, las botargas que apoyen a sus equipos dentro del campo de juego y en su periferia serán acreedores a un castigo, a tal punto, que podrían cerrar el estadio y jugar sin afición. Esto es gracias a un artículo diferente que aparece en el actual reglamento. El Artículo 14.7, que no existía el año pasado, deja claro: "Prohibición de las mascotas institucionales o patrocinadores en el campo de juego y sus alrededores". Los castigos para aquellos que no cumplan con esta norma comienzan con una multa de 10 mil dólares y dos partidos a puerta cerrada para los reincidentes. REDACCIÓN