ESPECIAL.- Con siete votos a favor y dos en contra, el Tribunal Supremo de Estados Unidos otorgó una estrecha victoria a un repostero que se negó, por razones religiosas, a hacer un pastel de bodas para una pareja homosexual. Aunque la Comisión de Derechos Civiles de Colorado había determinado que el pastelero Jack Phillips debía atender a todos sus clientes independientemente de su orientación sexual, la máxima corte criticó la forma en que manejaron el caso al demostrar una "animadversión evidente e inaceptable" hacia la religión.El 19 de julio de 2012 el propietario de la pastelería "Masterpiece Cakeshop" dijo que por su fe cristiana no podía aceptar el pedido de Dave Mullins y Charlie Craig, por lo que ellos interpusieron la demanda. Los abogados de Phillips argumentaron que el pastel representaba la institución del matrimonio y que, por lo tanto, era transmisor de un mensaje, a diferencia de un cruasán común.La decisión de la Suprema Corte no define en que momento un comerciante podría rechazar tal o cual acto en nombre de sus creencias profundas.Cabe mencionar que el caso es emblemático por las implicaciones para la sociedad estadounidense debido a los principios que están en juego: la libertad religiosa, la igualdad sexual y la libertad de expresión protegida por la primera enmienda de la Constitución.dat