Luego de que el Paris Saint-Germain logró el pase a la final de la Copa de la Liga de Francia tras derrotar al Lille 1-0, Zlatan Ibrahimovic demostró el peso que tiene en su equipo. El sueco encabezó la salida de los vestuarios y cuando pasaron por donde se encontraban los medios, no les permitió a los jugadores hablar con los periodistas. "Seguid, seguid, que nadie hable... El jefe soy yo", les aclaró el crack a sus compañeros del PSG. El único futbolista que hizo caso omiso a las instrucciones de 'Ibra' fue el brasileño Lucas, quien sí se detuvo para atender a los reporteros.