Nueva York.- Ilia Rodríguez, madre del paramédico Carlos "Rey" Lillo, quien murió el 11 de septiembre de 2001 y cuyos restos no fueron recuperados de los escombros, es una de las personas que se oponen a que los mismos permanezcan en el museo inaugurado oficialmente ayer. "Quiero que los restos que están en el museo sean sacados de ahí y puestos en un lugar a donde yo pueda ir a llevarle flores y rezarle a mi hijo", dijo la mujer puertorriqueña en medio de sollozos. Lillo trabajaba como paramédico desde hacía 17 años en el hospital Mount Sinaí de Queens y fue visto por última vez rescatando a víctimas en una de las torres, en un hecho que quedó registrado en varias fotos. "Mi hermano fue un valiente y murió haciendo lo que más le gustaba", dijo Iliana Flores, hermana de Lillo, que nació en Ponce y fue traído a Nueva York a la edad de 14. Tanto madre como hija portan varias fotos que pudieron reconocer donde aparece Lillo auxiliando a gente ensangrentada, otra con una quemadura. Imágenes que catalogan como un mensaje que les quiso enviar. "Reconocimos varias fotos publicadas por un llavero de la bandera de Puerto Rico que siempre portaba. Estoy segura que él quiso que nosotras lo viéramos para que nos sintiéramos muy orgullosas de la labor humanitaria que hacía, al salvar a varias personas", recalcó Rodríguez aferrándose a las fotos como si fueran parte de su hijo. Su familia cree que murió cuando ingresó a uno de los edificios en momentos en que este se derrumbaba. Sus restos nunca fueron recuperados. Las dos mujeres hicieron parte del grupo de padres y familias de bomberos del 9/11 que se apostaron en la esquina del parque Zuccotti -cerca del museo- para desplegarle una cartelera con su pedido al presidente Barack Obama, que acudió a la inauguración. "Por favor pedimos su ayuda para remover los restos de nuestros seres queridos fuera del sótano del Museo del 9/11, a una respetuosa tumba, que sea colocada en la Plaza Memorial 9/11", rezaba el cartel. Agencias