MONTERREY.- Don Ramiro ha soportado golpes en el cuadrilátero, pero sin duda ninguno tan fuerte como los que le ha dado la vida. A sus 67 años se dedica a entrenar jóvenes en el deporte que le dio y sigue dando mayúsculas gratificaciones: el box.Enclavado en un diminuto cuarto que sirve de gimnasio en la colonia Independencia, Ramiro recuerda su primer combate a los 15 años.Sin embargo un rayo de plomo lo noqueó con más fuerza que mil puños.Como luchador que es, decidió levantarse. La campana no había sonado aún y retomó el camino, enseñando a otros lo que aprendió en la Vieja Escuela del Boxeo. Su agilidad y pegada poco se han visto afectadas con los años. Atleta y combatiente a final de cuentas.En la esquina de Nuevo León y 16 de septiembre, don Ramiro entrena a cerca de 25 atletas de 12 a 35 años, aunque no es su físico ni su edad lo que determina si pueden o no luchar, sino su espíritu.Ramiro y sus muchachos continúan. Porque en el box, como en la vida, no importa qué tan fuerte golpeas, sino qué tan fuerte te golpean y sigues avanzando. Así es como se logra vencer.mmr