Monterrey.- El dolor de perder a un hijo es el padecimiento más grande por el cual puede atravesar un ser humano. No existe un término que defina al padre que ha perdido un hijo...quizás porque no puede existir definición del sufrimiento que se siente. El señor Ernesto Vidal Negrete no tiene empleo, cuenta con 79 años de edad y busca a toda costa dar con el paradero de su hijo Efraín. Viajes, marchas y cartelones por todas partes para anunciar la ausencia de su descendiente han dejado una crisis emocional y una factura incalculable. El peregrinar ha sido por delegaciones de policías, agencias del Ministerio Público, medios de comunicación y la procesión continúa. Vive de la pensión que el Seguro Social le deposita cada mes, pero al ser ésta tan escasa ofrece otras actividades dométicas para completar los pagos de los servicios. Meyte Villasana