Los feminicidios de menores que conmovieron en Nuevo León

MONTERREY.- A lo largo del año 2016, las tragedias se hicieron presentes en la entidad, enlutando hogares y conmoviendo a la sociedad misma. Situaciones de despecho, celos o rencor, fueron sólo algunos de los casos que ocurrieron a lo largo de estos 12 meses, en los que las víctimas fueron mujeres. Una tendencia que desafortunadamente ha ido al alza durante los tiempos recientes.

Perla Rebeca Alvarado tenía 14 años. A mediados de 2015 conoció a César Alejandro de León, cinco años mayor. Al poco tiempo se hicieron novios, pero la diferencia de edades, y la forma de pensar del joven inmaduro, terminaron por desanimar a la adolescente.Pero De León Delgado no estaba dispuesto a renunciar. El 25 de febrero la buscó en su casa de la colonia Cumbres de San Agustín, en Monterrey.

Estaba armado, al igual que un amigo que lo acompañó. Mientras el cómplice amenazó con una pistola a un joven que estaba con la víctima, César Alejandro amagó a Perla y la obligó a ir a un cuarto de la segunda planta, pues le exigió dinero.Allí le disparó en la cabeza, y huyó con su cómplice. La niña fue llevada un hospital, pero murió a los pocos minutos.El 1 de marzo, autoridades de Laredo, Texas, detuvieron al presunto agresor al cometer una infracción de tránsito. Fue repatriado y quedó a disposición de un juez.Actualmente está preso en el penal del Topo Chico, junto con el joven que lo acompañaba el día de los hechos.

Alexis Gabriela García quería ser médico veterinario. A sus 17 años, estaba por concluir la preparatoria.El 17 de abril se disponía a salir a pasear con su mamá y su hermana menor, cuando fueron interceptadas en la puerta de la casa, por quien fuera su novio hasta hacía dos semanas: Sergio Arturo Alanís Ríos.El sujeto de 23 años le insistió para que reanudaran el noviazgo, pero ella se negó. Lleno de ira, él le disparó en la cabeza y también atacó a las otras dos mujeres.

García Gamboa pereció dos horas después en un hospital del sur de Monterrey. Su mamá y su hermana de 16 años fueron dadas de alta posteriormente.Alanís Ríos, quien era su vecino en la colonia Villa las Fuentes, fue capturado instantes después del incidente por elementos de la Fuerza Civil, cuando intentaba regresar a su vivienda.En la actualidad, el inculpado está detenido en el penal de Cadereyta, donde enfrenta un juicio por los delitos de lesiones y homicidio calificado.

Durante el funeral de su esposa, José Ángel Ibarra Solís no paró de llorar. La noche del 15 de agosto, el joven de 31 años reportó el homicidio de Selene Rocío Jiménez Romero.Ante las autoridades declaró que, al regresar de comprar la cena, halló a la empleada estatal sangrando de la cabeza, sobre su cama. El hijo de ambos, de un año de edad, estaba en la sala, en su casa de la colonia Las Lomas, en García.

Al paso de las horas y por medio de las investigaciones, la Policía descubrió que el vendedor de autos usados le había disparado a su mujer en la cabeza. El motivo: el cobro de un seguro de vida por aproximadamente 3 millones de pesos, que la víctima había contratado meses antes.Una de las pruebas principales fue el hallazgo de la pistola utilizada en el crimen, la cual estaba en el vehículo del ahora imputado.Hoy, Selene descansa en un panteón de Guadalupe, mientras que José Ángel está bajo proceso en un reclusorio, donde argumenta ser inocente.

Daniela Jiménez Covarrubias era una excelente estudiante de preparatoria. Su familia, conocida y apreciada en un amplio sector de Montemorelos, principalmente en la comunidad adventista.La adolescente de 15 años murió el 6 de octubre, al ser atacada con una navaja para papel, cuando se hallaba en su automóvil en la colonia Real del Valle.

La Policía detuvo como supuesto responsable del asesinato a un menor: Daniel, compañero de clases de la víctima. Los jóvenes habían salido de la escuela por la tarde, y se fueron a platicar a una zona baldía.Sin motivo alguno, Daniel reaccionó en forma violenta. Al ver a la niña sin sentido, se causó a sí mismo varias heridas superficiales.Luego se encaminó hasta la escuela, donde contó que habían sido agredidos por un asaltante. Cayó en contradicciones y terminó por confesar su culpa.