Monterrey.- En el 2003 María entró por primera vez a jugar a un casino, pero años más adelante este pasatiempo se convirtió en una enfermedad patológica. Todo inició como una forma de entretenimiento pero las cosas cambiaron con el paso de los años, ella comenzó a alejarse de sus seres queridos, tomar dinero destinado a colegiaturas y gastos de la casa para ir a jugar al casino, mentía para acudir a las casas de apuesta y cuando estaba jugando se molestaba al ganar ya que para ella significaba que ya tenía que irse del establecimiento. Las cosas fueron empeorando afectando ya a sus familiares y personas allegadas a ella, por lo que una amiga le brindó ayuda llevándola al grupo jugadores anónimos, quienes le ayudaron a aceptar este problema y a realizar un programa para dejar de jugar. María, quien ahora ayuda a los jugadores compulsivos, indicó que existen puntos rojos que pueden identificar a quien padece ludopatía, ya que esta es una adicción escondida que no se identifica. Señaló que la ludopatía puede llevar a una persona a la cárcel inclusive hasta la muerte. En el año de 1958 se creó el programa Jugadores Anónimos a nivel internacional, en México llegó hace 12 años y a la entidad hace siete, el cual ha ayudado a jóvenes, mujeres y nombres a salir de esta enfermedad patológica. Denisse Mesta