Apenas tiene tres años y tendrá que esperar al menos, otros tres para que le den una credencial donde conste que está en primaria o 15 más para poder trabajar. Muchas veces, su mamá prefiere utilizar el Metro, aunque eso implique tener que caminar, porque por Cosmopolis, donde ambas viven, no pasa ese medio de transporte. Pero es que la economía no le da para pagar tanto por la niña. La señora solicitó una tarjeta Feria con tarifa preferencial para la niña, pero se la negaron. Debe trabajar o estudiar. Mientras tanto, pese a sus tiernos años, Mely debe pagar la tarifa de castigo y viajar de pie, porque otros usuarios le exigen su asiento. Antes de tanta tecnología en los camiones, los niños de la edad de Mely subían gratis o pagaban la mitad, siempre a criterio del chofer, pero nunca la tarifa completa. Por eso muchas mamás, como la de la Niña, prefieren ese pasado mejor. Total, el servicio, dice la señora, de todos modos, sigue igual. Francisco Zúñiga