MONTERREY.- Cuando unieron sus vidas hace 29 años, María del Carmen Rodríguez y José Luis Salas no sabían a ciencia cierta lo que les esperaba. Ella tenía 18 años, él 25, y su relación apenas cinco meses. Ambos aún eran estudiantes y nunca creyeron que la crisis matrimonial llegaría tan pronto."Nos casamos preparamos la boda en un mes. Fue una boda muy sencilla, no era lo que esperaba de boda, es algo muy real, sin embargo al mes de casada resulta que me embaracé y empezó un año muy difícil de matrimonio", expresó Carmen Rodríguez. Al poco tiempo José Luis inició un negocio propio, pero éste no funcionó y aquí es donde empezaron los problemas.Por esos días, Carmen cubría el 100 por ciento de los gastos y estaba además al cuidado de los hijos. La falta de comunicación provocó daños que a la larga fueron enfriando la relación."Les confieso que era la guerra, pero a lo mejor porque antes la costumbre no era separarse y decir eso escogiste, con ese te quedas verdad, ahora es muy fácil las parejas se separan al primer disgusto", señaló José Luis Salas.Con su empresa en franco ascenso, José Luis perdió piso. Empezó a buscar una residencia en San Pedro, lo que provocó una nueva diferencia con su esposa."Nos fue exageradamente bien, económicamente bien, pero en mi persona a lo mejor él nunca lo vio así y lo que veía ese "el tener", como que a mi marido le había dado alas de grandeza y siempre le dije ubícate, ubícate", contó Carmen. Fue entonces que la pareja decidió rescatar su matrimonio. Para evitar el inminente divorcio, y acudió al taller Retroville, que ofrece el Pastoral Familiar de la Arquidiócesis de Monterrey. .Aunque aceptó la ayuda, José Luis todavía negaba que estuvieran pasando una mala racha."Todavía ese día no estaba convencido, el orgullo nos ciega, y entonces él decía: yo no lo necesito."El padre le dijo: es que tú traes un gen recesivo que te está dando lata, y dije cómo, tenemos que mejorar, por mas banderitas que te saco no veo avance, nos urge cambiar", dijo Carmen.Finalmente lograron "rescatar" su matrimonio y afirmaron que lo mejor es perdonar y luchar una y otra vez.