Monterrey.- Mientras los regios festejaron la llegada del Año Nuevo, en algún punto de la ciudad hubo alguien que estuvo al pendiente de que todo transcurriera bien. Policías, socorristas y bomberos cumplieron una tarea discreta, pero importante. Fueron decenas los elementos que decidieron cumplir a cabalidad con su deber, dejando por unos instantes a sus familias. Lo anterior con el único fin de servir y proteger a quien pudiera requerirlo, en una jornada en la que la mayoría de las personas se dedica al 100 por ciento al festejo, a veces en forma desmedida. Agustín Martínez