Monterrey.- Los principales encargados de la seguridad de los reclusorios del Estado, Juan Antonio Caballero Delgadillo, comisario de la Dirección General de Administración Penitenciaria, y Cuauhtémoc Antúnez Pérez, secretario de Seguridad Pública, no acudieron a la cita para comparecer en la audiencia de vinculación que enfrentaron los ex funcionarios que son juzgados por la masacre que sucedió en el penal del Topo Chico.Caballero Delgadillo y Antúnez Pérez fueron llamados a comparecer por el juez de control que conoce la carpeta judicial que integra la Procuraduría de Justicia en contra del ex subcomisario en jefe de Administración Penitenciaria, Fernando Domínguez Jaramillo, y la ex directora del penal, Gregoria Salazar. El juzgador los había citado a petición de la defensa de los ex funcionarios, porque quería presentar sus testimonios como pruebas a favor de los imputados.Sin embargo, a las 09:00 de este jueves, cuando inició la audiencia, se dio vista de que Juan Antonio Caballero y Cuauhtémoc Antúnez no habían acudido a la cita.El único que justificó su inasistencia fue el secretario de Seguridad Pública del Estado, quien envió un oficio en el que explicaba que debido a las funciones por una comisión que tenía encomendada no podía acudir a la diligencia.Sin embargo, en la audiencia, y por versión de la ex directora del penal del Topo Chico, Gregoria Salazar, salió a relucir que fue el mismo general Antúnez, quien el día del motín se negó a autorizar a los elementos de Fuerza Civil, que depende de él, a entrar a poner orden en el interior del penal del Topo Chico.La ex funcionaria aseguró que cuando le informaron sobre lo que ocurría en el centro, que fue como a las 00:35 del 11 de febrero, inmediatamente les reportó a sus superiores y Cuauhtémoc Antúnez llegó al lugar dos horas después de que se le avisó.Agregó que cuando llegaron varias unidades con elementos de Fuerza Civil salió al exterior del centro y le preguntó al comandante encargado de los uniformados que si iban a entrar a dar apoyo, pero él le respondió que no podían entrar, porque sólo había recibido indicaciones de hacer rondines en el perímetro del lugar.