Micatlán.- Acompañado con música de banda, alrededor de mil personas dieron el último adiós a Édgar Tamayo en donde dieron con el féretro un recorrido por su pueblo. De su casa a la iglesia de Santo Tomás, donde el obispo de Cuernavaca dio la misa, las calles de Miacatlán lucían repletas para darle el último adiós al morelense ejecutado el pasado 22 de enero en Texas. Minutos antes de salir de su casa por última vez, los familiares más cercanos de Tamayo a puertas cerradas se despidieron del cuerpo y abrieron por única vez el féretro para cantarle "Inyección letal", la canción que los Tigres del Norte le dedicaron. Afuera en la calle repleta de gente y también de coronas de flores, la banda y los chinelos aguardaban la salida de Tamayo. Sus amigos de juventud y con los que montaba en jaripeos cargaron el ataúd que escoltaba su familia y que por momentos estuvo cubierto con la bandera de México. Ya en la iglesia, el obispo comparó "la injusta" muerte de Edgar con la de Jesús pues afirmó "ambos murieron bajo las injustas leyes de los hombres". Al finalizar la eucaristía se leyó una carta de Edgar titulada "el tren de la vida" donde pidió a todos los que escucharon dejar lo mejor de sí en este mundo. Las campanas sonaron por alrededor de 10 minutos mientras uno de los asistentes cantó nuevamente "Inyección letal". Para los habitantes del pequeño pueblo de Miacatlán, Edgar es inocente. "Te queremos Edgar, te queremos" corearon las personas que incluso fuera de la iglesia y en la explanada del pueblo escuchaba la misa. "Un puño de tierra" fue la acción que acompañó a Edgar al "ranchito" donde montaba toros de joven. Ya en el rancho, su última parada antes del panteón, mucha gente esperaba el cuerpo para quemar un torito en honor a Edgar. Edgar Tamayo fue sepultado a las 6:30 de la tarde con la banda entonando "Amor eterno". AGENCIAS