Michoacán.- El aroma de cempasúchil y la luz de las velas en las tumbas invocan a las ánimas la noche del 1 de noviembre en Michoacán.Tzurumútaro es una de las comunidades que rodean el lago de Pátzcuaro, en su cementerio la ceremonia purépecha del Día de Muertos reúne a propios y extraños. ?Hoy es el punto de encuentro o la transición entre la animas y entre lo terrenal, el inframundo y la tierra. Es cuando nosotros como seres humanos tangibles podemos convivir con ellos?, detalló Juan Carlos Salvador Gaona, integrante de la comunidad Tzurumútaro.En la tradición purépecha hay un mes dedicado a la muerte, a los guerreros caídos. ?La Mesoamérica se distinguió por el culto hacia el inframundo. No es tanto hacia un muerto, sino hacia al anima que regresa. Y el primero (de noviembre) es porque finaliza un ciclo agrícola y vamos a comenzar otro el siguiente año?, mencionó.El ritual para recibir a las ánimas incluye comida, lo que más le gustaba al difunto, la bebida y las frutas que habrán de nutrir al espíritu. La noche del 1 de noviembre, los cementerios de la región lacustre de Pátzcuaro, Michoacán se iluminan con la luz de los cirios y las velas, la misma luz que debe guiar a las ánimas hasta la presencia de sus familiares.Esta noche en los panteones no se descansa, se vela y vivos y muertos se reencuentran.