Guerrero.- En Ayotzinapa, una población ubicada a unos 150 kilómetros de Chilpancingo Guerrero, familiares de los desaparecidos tuvieron un altercado con el sacerdote Alejandro Solalinde, un conocido activista quien planeaba ofrecer una misa para consolar a los padres de las víctimas. Los familiares estaban molestos por declaraciones del sacerdote días atrás sobre que había recogido testimonios que le indicaban que los estudiantes habían sido quemados vivos y que sus cuerpos se encuentran en los alrededores de Iguala. Explicó que tras los ataques del 26 de septiembre, los policías se llevaron a los 43 estudiantes, "algunos de ellos heridos", y los hicieron caminar hasta un lugar donde había varias fosas y allí los colocaron. Según la agencia Efe, tras reunirse durante dos horas con los familiares de los jóvenes desaparecidos, el sacerdote se marchó, aclarando a los medios que ya no hará declaraciones sobre este caso. "Soy respetuoso, yo voy a estar en suspenso, hasta que me pidan ayuda", dijo el religioso, quien explicó que son ellos son los que tienen procesar la información. "Yo no voy a encabezar nada, no soy líder ni nada, no soy vocero suyo, ni voy a usurpar liderazgos. Solo quiero decirles que si en algo puedo servirles, ustedes me lo dirán", dijo. FOTO: Reuters INFORMACIÓN DE REUTERS / TELEDIARIO DIGITAL