El lunes tradicionalmente es el día más odiado. El volver a la rutina y tener que volver a madrugar tras un fin de semana relajado ha creado una mala fama a este día. Según la investigación de una la empresa de alimentación británica, el primer día de la semana la mayor parte de las personas comienzan a sonreír hasta 11:16 de la mañana. Además de ser el día en que más se tarda en esbozar una sonrisa, el estudio reveló que los lunes las posibilidades de llegar tarde al trabajo aumentan en un 50 por ciento, mientras que el rendimiento laboral se reduce en comparación con el resto de días de la semana. Agencias