Chilena no se arrepiente por escupir a Piñeira
Catalina Castillo, la mujer que escupió y empujó al presidente chileno, Sebastián Piñera, el pasado viernes al velatorio del sacerdote chileno Alfonso Baeza, un firme defensor de los trabajadores y los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet.
"No me arrepiento para nada, no se podía ir impune Piñera estando ahí en la casa que era del padre Alfonso", dijo Castillo a medios locales.
La mujer golpeó y salivó a Piñera el viernes cuando ingresaba a una misa de cuerpo presente en recuerdo de Baeza tras burlar la seguridad del mandatario. La mujer estuvo detenida 24 horas.
Expresó que agredió a Piñera porque el padre Baeza se había negado a recibir al mandatario chileno en varias ocasiones, ya que consideraba que él representaba al "gobierno de los empresarios y de los mismos tipos que estuvieron en dictadura, que fueron cómplices de torturas".
Baeza, quien murió a los 82 años, defendió los derechos humanos durante la dictadura trabajando desde varias entidades, como la Pastoral Obrera de Santiago y la Vicaría de la Solidaridad.
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