Al menos dos personas murieron hoy y decenas resultaron heridas en una violenta protesta de manifestantes que denunciaban el deterioro de la seguridad en la región de Darfur, en el oeste de Sudán, informaron a Efe fuentes médicas y testigos. Las protestas comenzaron hoy y se dirigieron hacia la sede del gobierno de la ciudad de Niala, capital del Sur de Darfur, después de que anoche el prestigioso empresario local Ismail Wadi y su hijo fueran asesinados por desconocidos. Según los testigos, los manifestantes lanzaron piedras contra la sede gubernamental e incendiaron parte del edificio y varios vehículos oficiales, por lo que la policía intervino con gases lacrimógenos y disparos al aire para dispersar a la multitud. El gobernador del Sur de Darfur, general Adam Mahmud, se vio obligado a salir de su oficina en un blindado, mientras los manifestantes coreaban lemas contra el gobierno como: "El pueblo quiere cambiar el régimen". Fuentes del hospital de Niala explicaron que dos personas fallecieron y decenas fueron heridas por disparos en esos enfrentamientos, que hicieron que los residentes evitasen salir a las calles de la ciudad y los mercados cerrasen. Fuentes gubernamentales indicaron que grupos opositores dispararon contra los manifestantes para complicar la situación, mientras que la oposición denunció la muerte de las dos personas a manos de las fuerzas de seguridad sudanesas. Los testigos agregaron que continúa el tiroteo en la zona, entre los rumores de que grupos rebeldes están a punto de irrumpir en Niala, la mayor ciudad de Darfur y habitada por unos tres millones de personas. El conflicto de Darfur se inició a comienzos de 2003, cuando los grupos insurgentes se levantaron en armas contra el régimen de Jartum en protesta por la pobreza y la marginación que sufrían los habitantes de esa región. Desde entonces, unas 300 mil personas han muerto y otras 2.7 millones se han visto obligadas a desplazarse por los enfrentamientos entre grupos rebeldes y las fuerzas gubernamentales, según datos de las Naciones Unidas. EFE