Bangkok ? Decenas de edificios, entre ellos una mezquita y un orfanato, terminaron calcinados tras la explosión de un nuevo brote de violencia sectaria entre budistas y musulmanes en el noreste de Birmania (Myanmar), informan hoy los medios locales. Las autoridades birmanas impusieron el toque de queda en la ciudad de Lashio, capital del estado Shan, anoche y desplegaron efectivos militares para controlar los grupos de furiosos budistas que se dirigían a los barrios de mayoría musulmana. El jefe de la policía de Lashio declaró a la radio estatal que no se han registrado víctimas mortales durante los incidentes y que la situación esta mañana se encontraba bajo control. El Gobierno de Birmania condenó en un comunicado lo sucedido e hizo un llamamiento a la población a mantener la calma. El año pasado, la violación y asesinato de una joven budista a manos de varios musulmanes en el estado de Rakhine (oeste) desató una ola de violencia sectaria que causó 163 muertos y más de 100.000 desplazados, de los que gran parte aún continúan en campamentos de refugiados. EFE